lunes, 30 de octubre de 2023

jueves, 26 de octubre de 2023

CENTÉSIMA TRIGÉSIMA NOCHE

22:23

Quién vuela libre, nada más que los pájaros e incluso ellos se encuentran con redes que les pone la vida o los cazadores (que también son otro elemento de la vida). 

22:25

Ten cuidado cuando te lances a volar en un día de lluvia sin protección, el sueño puede convertirse en pesadilla y el fracaso dejar de ser una metáfora. 

22:27

Querer ser uno mismo, un cuerdo a quien no le permiten ser cuerdo o un loco a quien no le permiten ser loco. Un pedacito de cielo que dé sentido a la existencia.

lunes, 23 de octubre de 2023

APOTEGMA (209)

Constancia y consistencia dotan al corazón de la debida fidelidad.

lunes, 16 de octubre de 2023

PEDRO GONZÁLEZ MIRA; "LOS MÚSICOS DE STALIN".

A partir del siglo XVIII la historia de la música en el ámbito geográfico ruso comienza a estar bien documentada, hasta entonces las referencias a la música en Rusia eran inexistentes o muy escasas. Según avanza el Imperio ruso la música va adquiriendo mayor presencia, y es durante el período comprendido desde el final de la etapa imperial, los primeros años de la revolución hasta la consolidación de la Unión Soviética cuando alcanza su máximo esplendor. Dos movimientos se encuentran en la base de la música rusa: la escuela occidentalista, cuyas figuras más relevantes son el virtuoso del piano Antón Rubinstein (fundador del conservatorio de San Petersburgo), el compositor más original y único de su tiempo Alexandre Scriabin y el superfamoso compositor Piotr Chaikovski; y la escuela nacionalista, encabezada por el grupo de los cinco formado por Mili Balakirev, Cesa Cui, Modest Musorgski, Rimski-Korsakov y Alejandro Borodin, propugnan una idea en común, la búsqueda de una identidad musical con sello propio, aunque se les ha visto como una especie de secta dedicada en cuerpo y alma a defender lo ruso abominando de toda influencia ajena, se dan en algunos de ellos no pocas contradicciones. 

Tras la caída del régimen zarista y la victoria bolchevique, la nueva organización social y política supone para la cultura rusa, y en particular para la producción musical, un cambio drástico. Los aristócratas, los altos burgueses son sustituidos en la platea de los teatros por la clase trabajadora. La música se convierte en reclamo de una creación que presenta un mensaje comprensible, claro, sencillo, nada abstracto y por encima de todo optimista, que tiene por objeto divulgar la ideología marxista-leninista; acaba significando una absoluta subordinación de la libertad creativa del artista a los intereses del partido. Se suprimen las asociaciones de músicos y se crean las uniones de compositores soviéticos; la consigna está servida: ser fiel al realismo socialista. A Stalin le encanta el cine (que apoyó con entusiasmo), además de la ópera y el ballet, a la música sinfónica la consideraba un mal menor y de ser debía contener un argumento; por lo tanto, la ópera, el ballet y el cine causaron furor en la Unión Soviética; estos géneros sirvieron para ensalzar el régimen político. Aunque la música sinfónica y la música de cámara se desarrollaron por caminos distintos, las obras musicales, fueran del género que fueran, se convertían en proclamas ideológicas y pura propaganda. Los primeros casos de sinfonías o poemas sinfónicos eran verdaderos cantos revolucionarios. En general muchas de las composiciones de este periodo musicalmente son irrelevantes, sólo tienen un valor documental. 

Cuatro son los compositores que ocupan un lugar de honor en la época soviética-stalinista:

Serguéi Rajmáninov; el fracaso del estreno de su primera sinfonía le sumió en una larga depresión que a punto estuvo de apartarle de la composición para dedicarse a la dirección de orquesta. Por razones políticas, la mitad de su vida hasta su muerte transcurrió en los Estados Unidos. Nunca se adaptó bien a la cultura norteamericana, tenía pocos amigos, no hablaba correctamente el inglés; de su exilio en Estados Unidos lo único que le interesaba eran los dólares. Se le puede asignar a su figura la condición de víctima del sistema soviético. 

Igor Stravinski; no fue un niño prodigio, ni siquiera un alumno aventajado en nada, pero sí un lector compulsivo lo que le convirtió en una persona extremadamente culta. Recibió una severa educación propiciando el desarrollo de un espíritu perfeccionista e intransigente. Ajeno en todos los órdenes a los vaivenes de la política rusa, cuando estalló la I Guerra Mundial, se exilió primero en Europa occidental y luego en Estados Unidos. Sin perder de vista sus orígenes, observaba pasivo lo que sucedía en el régimen soviético. No es un músico de Stalin, pero sí una contraposición de todo lo que musicalmente va sucediendo en su país. Su colaboración con Sergei Diághilev supone un hito sin precedentes en la historia del ballet moderno.

Serguéi Prokófiev; figura indiscutible en la historia de la música en Rusia. Hombre bondadoso, un tanto inocente, fue incapaz de detectar los problemas sociopolíticos que le iban a amargar la vida. Tuvo muchos éxitos y sonadas incomprensiones; los primeros producto de la percepción estética y fuerza del genio capaz de traspasar los muros de la ignorancia; y las segundas por sus propias reacciones incautas ante los acontecimientos políticos y sociales que rodeaban su vida. Maestro de la música y del ajedrez, amante de los animales; por un giro de su obra sufrió furibundos ataques acusándolo de formalista, antisoviético y antipatriota. Tras la pérdida de sus mejores amigos, con escasos ingresos económicos y permanente estado de alerta (su exmujer fue arrestada por sospechosa de espionaje) sus últimos años fueron penosos. 

Dimitri Shostakovich; persona introspectiva, de humor cambiante y personalidad insatisfecha e insegura. Se convirtió en el compositor oficial de la URSS, aunque esa realidad encierra un buen número de contradicciones; supo aprovecharse oportunamente del sistema, aunque su relación con el régimen siempre fue un tira y afloja, Stalin lo trató mal y bien al mismo tiempo, le utilizó como marca propagandista para ser exportado internacionalmente. Nunca le importó pedir perdón o cambiar de postura entre digresiones político-musicales, lo que le permitió gozar de dilatados periodos de libertad para escribir su música. Después del fallecimiento de Prokofiev fue considerado el compositor más grande de la Unión Soviética.

Una vez caído el zarismo (que nunca fue un obstáculo para el desarrollo de la música), la nueva realidad político-social de Rusia exigía a sus creadores (entre ellos los músicos) insuflar en sus obras un nuevo sentimiento bautizado como "optimismo revolucionario", una especie de romanticismo alejado del considerado pesimismo burgués, el individualismo y las corrientes modernas tachadas de formalistas, se condenó cualquier movimiento musical proveniente de occidente. La música tenía que comunicar narraciones completas y comprensibles, las formas a utilizar habrían de ser aquellas que se basaban en el relato de una historia popular, debían servir al pueblo, debían ser un medio para conseguir las conquistas sociales del proletariado. El aparato propagandístico para promocionar la música en el interior del país en clave ideológica, adquirió proporciones gigantescas. Las posibles desviaciones en la mayor parte de los casos acababan en purgas, se ejerció una brutal censura aplicada a creadores y sus obras. La mediocridad lo invadió todo.

jueves, 12 de octubre de 2023

CENTÉSIMA VIGÉSIMA NOVENA NOCHE

21:37

Nada llena el vacío de lo que se extraña, de lo que se desea y no se tiene, de lo que se tuvo y se ha perdido, de lo que se busca y no se encuentra. Donde siempre hubo ausencia hay espera, pero nunca olvido. 

21:40

Recuerdo inutil de lo acabado, de lo dicho, de lo contemplado. Búsqueda de una soledad que no quiere ser soledad, de un silencio que no quiere ser silencio, de una tristeza que no quiere ser tristeza, de una muerte que quiere ser vida. Descanso de un encuentro que ya fue. 

21:43

Se reclama, se añora, se desea una última vez la luz de la eternidad, la vuelta de las palabras perdidas en la aurora de la mañana. 

lunes, 9 de octubre de 2023

APOTEGMA (208)

Amenazas de culpa desfallecen en el rostro del arrepentimiento.

jueves, 5 de octubre de 2023

CENTÉSIMA VIGÉSIMA OCTAVA MAÑANA

11:35

Al payaso que le pegan bofetadas, las asume, se integra en ellas. Instaladas en el sistema, las bofetadas son un producto de la risa. Consagra la hostia su gracia cuando se recibe, cuando se esquiva o cuando se devuelve. A las bofetadas que nos da la vida se les llama madurar o experiencia; unidas van sin ser lo mismo, hay quien madura mejor y quien madura peor habiendo vivido experiencias iguales. 

11:45

Al inicio de la función están claros los roles: el payaso listo da, el payaso tonto recibe, pero ¿quién es el bueno y quién es el malo? En las entretenidas películas de intachable moralina justiciera, el bueno aguanta y recibe hasta el final, pero termina sacudiendo al malo estopa de lo lindo y toma, jeroma, pastillas de goma. Salimos del cine con un rictus de: nada hay más reconfortante que la no piedad contra los malvados. 

11:55 

El cine nos resarce de las venganzas de la vida.

 

lunes, 2 de octubre de 2023

POEMA: “PEQUEÑAS EXCURSIONES LOS DOMINGOS”.

Pequeñas excursiones los domingos

moreras, retamas, hierbas silvestres,

los pájaros trastean en los matorrales.

Paseos por las lindes del camino

buscando las sombras de los árboles.

Marca el ritmo la naturaleza.

Atrapadas en el verano caluroso

las piedras permanecen calladas

en el curso seco del arroyo.

Añora las nubes altas del otoño

que corra libre el agua fresca. 

Todos los otoños están en su corazón.