Fabula-acciones:
Generalmente pieza breve de gran inventiva, riqueza imaginativa y colorido; de carácter mixto narrativo, publicitario y propagandístico. Asociada con la moral o con una intención moralizante, permite fijar la comprensión y vehicular una moralidad clara, presuntamente definitoria, en un contexto social y político. Se sustenta en la convicción de configurar un tipo de pedagogía adecuada para la formación ética, aunque su función ética no es ni evidente, ni razón suficiente, ni finalidad para considerarla como la meta principal. Su apología no contiene principios éticos, ni sus preceptos sentido de la enseñanza; francamente, posee carácter antiético e igualmente contraeducativo. Muestra principios relacionados con los objetivos, objetivos relacionados con los intereses, intereses relacionados con el no reflexionen hagan esto. Sus normas no siempre estimulan una conducta edificante.
La forma alegórica proporciona ventajas adicionales válidas para mostrar las consecuencias y beneficios. En variedad de medios, con léxico fácil, generosa ilustración y vivos colores, situaciones imprescindibles atribuyen características, atienden expectativas y requerimientos, estructuran materias, estrechan la libertad de obrar, controlan la línea directa del contenido demostrativo y responden a las exigencias de las fabula-acciones.
Explícito o tácito, el conflicto gira en torno a un eje de estructura binaria; acción reacción entre uno y otro, uno plantea una situación, el otro plantea una resistencia a cargo del protagonista que es también su antagonista: acto del protagonista/reacción del antagonista. El enfrentamiento es el núcleo de las fabula-acciones, y en la tensión manifiesta el funcionamiento práctico de su desenlace.