Zoología; rama de la biología que se encarga del estudio científico de los animales y su diversidad.
Criptozoología; búsqueda y estudio de animales desconocidos, ocultos, singulares o extintos de los que se tienen evidencias materiales insuficientes, cincunstanciales, triviales de su existencia (Monstruo del lago Ness, yeti, bigfoot, chupacabras). No es una rama de la zoología.
Parazoología; conocimiento y significado de criaturas imposibles, seres mitológicos, fantásticos que nada tienen que ver con la ciencia y poco con la criptozoología (sirenas, centauros, licántropos).
Partiendo del segundo significado, las tres disciplinas se interrelacionan en este interesante ensayo.
Conocemos mucho de este mundo y aún nos queda mucho más por conocer. Visitemos a los inquilinos de las profundidades marinas, punto ignoto para la precisión de la ciencia. Se sabe que en los fondos oceánicos habitan diferentes criaturas: peces dragón, peces víbora, peces luminiscentes que producen luz para cazar y comunicarse, peces inclasificables de aspecto terrorífico; variedad de medusas y anguilas, y con toda probabilidad (porque alguna prueba hay de ello) sea el lugar donde se hacen realidad las ancestrales leyendas marineras de calamares y pulpos gigantes. No tan abismal como las fosas marinas, pero sí igual de oscura es la vida en el mundo subterráneo; cauces de agua, lagos y galerías forman las cuevas. Tres categorías de especies pueblan estos umbríos ecosistemas: troglófilos, hacen vida tanto dentro como fuera de la caverna; troglóxenos, usan la caverna como refugio, pero salen fuera para alimentarse; y troglobitas, perviven dentro de la caverna donde pasan toda su existencia sin ver nunca la luz. Pertenecientes a estas tres categorías cavernarias, nos encontramos con variedad de aves, murciélagos, escarabajos, moscas, arañas, cucarachas, caracoles, ciempiés gigantes, anfibios peculiares, salamandras ciegas y algunos animales que se refugian en estas grutas abandonando su hábitat natural.
Según diversas tradiciones quien guarda la entrada a los secretos de la cueva es el dragón; posiblemente el origen de algunas de las mil milenarias leyendas de este animal mitológico sean los grandes reptiles, supervivientes de la extinción de los dinosaurios. Lagartos de entre 1,50 y 2 metros, tortugas colosales de 0,75 centímetros a 2 metros con 100 o 200 kilos de peso, serpientes gigantescas "tragapersonas": anacondas, boas, pitones de 4 a 6 metros pero se han encontrado huellas o han sido divisados ejemplares de 8 a 10 metros; aligatores, caimanes, cocodrilos; el reptil mayor del mundo por su tamaño y por su peso es el cocodrilo marino que habita desde el sudeste asiático hasta el norte de Australia, este terrible depredador alcanza los 6 metros pero se han hallado especímenes que superaban los 7 metros, en concreto, está documentado, un bicharraco de 8,50 metros y más de 1.500 kilos de peso, (como para encontrarle paseando por el parque). Los cocodrilos, sean marinos o fluviales (el cocodrilo del Nilo de 5 a 6 metros), son terribles devoradores de personas, algunos son capaces de trepar a las barcas o volcarlas para alcanzar a sus presas, todos los años se producen víctimas por causa de estos voraces reptiles.
Sin salir del agua, no sólo en lo mares se dan peces de gran tamaño: ballenas, cachalotes (el literario Moby Dick), orcas, delfines, rinocerontes o tiburones (se han visto ejemplares de 12 a 15 metros que se aproximan al colosal megalodón de 17 metros); también en los lagos, ríos, estuarios, arroyos, embalses y pantanos de todo el globo se crían peces de tamaño descomunal, fuente de inspiración de las leyendas sobre monstruos lacustres. Esturiones que superan los 2 metros y pueden llegar a medir 8 metros, el pez espátula chino de 3 a 7 metros, la carpa del Mekong de 3 metros y 300 kilos, el pez caimán, la anguila eléctrica del Orinoco, rayas formidables, etc. Pluralidad de hábitats, comportamientos, morfologías, características, familias, órdenes; algunas de estas especies crean problemas ecológicos allí donde han sido introducidas por su alto valor comercial, otras están en peligro de extinción a causa de la pesca deportiva, la contaminación y la transformación del medio ambiente. América del Norte es el territorio con mayor cantidad de leyendas sobre leviatanes de agua dulce; coincide con que también es la zona geográfica de mayor densidad de pantanos, lagos y ríos de todo el mundo.
Abandonando el medio acuático, situándonos en tierra firme, ubicamos el misterio de los grandes felinos desconocidos avistados en tierras inusuales donde no existen ni han existido nunca fauna de su clase. Estos enigmáticos animales poseen un cuerpo musculoso, patas largas, cráneo fino y mandíbulas prominentes; por su tamaño algunos observadores piensan que pueden ser animales mutantes; las mutaciones de felinos no son algo extraño: la pantera negra es un caso de mutación de leopardo y jaguar. El número de avistamientos e incluso de encuentros y de ataques a la cabaña ganadera de la zona, se suceden; hay quien niega su existencia, otras opiniones los relacionan con los ovnis y, posiblemente las más certeras, los catalogan como animales sueltos asilvestrados, gatos o cánidos de gran tamaño. Los úrsidos también forman parte de esta familia de seres inexplicables. Se dan subespecies de osos de colosal tamaño y diverso color de pelo; grandes osos blancos que ni son albinos ni tienen relación con los osos polares (una especie de híbrido entre oso pardo y oso polar) aparecen en lugares templados, son como osos carnívoros de la edad del hielo extinguidos (o no) hace 12.000 años que superan los 3 metros de altura.
En el apartado de bestias criptozoológicas y parazoológicas Oceanía se lleva la palma, es el continente que alberga una mayor proporción de criaturas objeto de estudio, por citar dos, uno de cada disciplina: el diprotodon un marsupial del tamaño de un rinoceronte con la cara de un hipopótamo extinto hace unos 46.000 años; y el bunyip criatura extraña del folklore aborigen que habita en los pantanos y hace desaparecer a personas y ganado. Pero sin necesidad de irnos tan lejos ni salir de nuestra ciudad, en las colecciones de los museos de ciencias naturales se guardan multitud de ejemplares, insectos en su mayoría, no catalogados.
Cierran el libro dos capítulos, uno dedicado a los animales mitológicos (incluídas las hadas), y otro a la criptobotánica (flores gigantescas, como no, devoradoras de hombres). Interesante, curiosa y amena lectura en la que se aprende a conocer los verdaderos monstruos que habitan la tierra y al resto que pone la imaginación… ¿seguro?...