¿Cuánto de ciencia hay en la ficción y cuánto de ficción hay en la ciencia? Después de leer el libro que responde a la primera pregunta y de rebote a la segunda, contestaremos que poca. La ciencia es ciencia, la ficción es ficción y ambos conceptos unidos definen a un género literario y audiovisual que va del entretenimiento a la especulación científica, del espectáculo al ejercicio intelectual. Es innegable la inspiración que alimenta a la una de la otra y viceversa. Cuentan los autores que en el año 2001 la Agencia Espacial Europea (ESA) lanzó el proyecto "Tecnologías Innovadoras de la Ciencia Ficción para Aplicaciones Espaciales" con el propósito de recoger en la literatura, el cine y el cómic ideas imaginativas potencialmente viables para el desarrollo a largo plazo del sector europeo espacial.
Comenzamos el análisis por la saga más galáctica de cuantas hay, un icono que ha trascendido a la pantalla, La guerra de las galaxias. Planetas con dos soles, androides, espadas y cañones láser, naves que se mueven a una velocidad endiablada regateando en un apretado cinturón de asteroides; comunicaciones de la logística militar entre sistemas muy, muy lejanos del cosmos que rompen la barrera de la velocidad de transmisión limitada por la invariabilidad de la velocidad de la luz; viajes por el hiperespacio (termino acuñado por John W. Campbell, autor y editor de ciencia ficción) empleando a voluntad agujeros de gusano; y la Fuerza que nos acompaña, cuál de las cuatro fuerzas fundamentales de la naturaleza: la gravitatoria, la electromagnética, la nuclear fuerte, la nuclear débil o todas ellas a la vez.
Volviendo del espacio profundo, tema recurrente de la ciencia ficción (y de la ciencia a secas) es la colonización de otros planetas empezando por los de nuestro sistema solar (Marte se lleva la palma). Si la humanidad quiere tener futuro como especie no queda otra que explorar, colonizar y terraformar otros planetas; como decíamos Marte parece ser el punto de partida, y, salvando los efectos en el cuerpo humano de la falta de gravedad, hoy en día un viaje tecnológicamente posible. Pero ¿cómo lo hace la ciencia ficción? Y si vamos los terrícolas, también pueden venir ellos, los alienígenas, los extraterrestres, los visitantes, casi todos feos (aun convertidos en muñecos de peluche) y con aviesas intenciones, pocos son amables; algunos nos advierten que de seguir así, con el descontrol de vida (ecológico, económico, bélico) que llevamos en el planeta, nos borraran de la faz de la Tierra, antes de que nos la carguemos nosotros se la cargan ellos; ¿cuántas bombas atómicas son necesarias para volar el planeta Tierra? no es una cuestión baladí. Por si acaso, pongamos soluciones; podemos crear un escudo defensivo basado en tecnología electromagnética o, en un sálvese quien pueda, teletransportarnos más allá del orbe; en todo caso para aguantar tanto estrés siempre podemos transferir nuestras mentes humanas a cuerpos artificiales creados con mezcla de ADN humano y alienígena. ¿Podemos?
Los monstruos no sólo vienen o habitan otros mundos, también están en este, el más conocido, el que menos pasa desapercibido es Godzilla que se pasea por las calles de las ciudades como un elefante en una cacharrería. Otro que tal baila y escala edificios con la agilidad de su especie es King Kong. Sea por las causas que sean hay quienes se agigantan y quienes se encogen hasta alcanzar dimensiones superlativas o microscópicas, crecen o menguan sin ningún respeto por las inexorables leyes de la escala. Pequeño, el más pequeño de los superhéroes es Ant-Man que tiene la capacidad de reducirse a voluntad hasta alcanzar el tamaño de una hormiga (atómica, con una fuerza descomunal). Para terminar esta evaluación no podían faltar a la cita los superhéroes cada uno de ellos con sus asombrosas habilidades al servicio de la humanidad: Superman con sus superpoderes, Batman con sus fantásticos cachivaches, Spiderman lanzando ultrarresistente tela de araña, El Capitán América con su escudo búmeran, Flash corre que corre a 900 kilómetros por hora, Hancock, los X-Men, los mutantes, etc. The end.
La ciencia ficción además de entretener puede alimentar la curiosidad y fomentar vocaciones, como han confesado conocidos científicos. ¿Qué sabemos de la ciencia de la ciencia ficción?, para contestar a esta pregunta una buena opción es leer este didáctico y ameno libro.