Yo ya soy un cadáver
aunque me veáis así
vestido como dices
juvenil para tu edad,
entusiasmado con mis cosas
sentado en paz
bebiendo una cerveza
leyendo un libro
a la sombra del porche
sintiendo aún el mar
que se agita en la añoranza.
Yo ya soy un cadáver
gruñendo entre ironías
tumbado en la azotea
disfrutando de la noche.