Deseamos caminar sobre la tierra
aprendiendo a vivir cada mañana
sin que se nos quiebre la voz del sueño
interminable.
Asumiendo los gritos profundos del pensamiento
asumiendo los límites de la esperanza con armonía,
sin estridencia, sin desesperación ni derrota,
con el íntimo dolor del que ama.
Deseamos caminar sobre la tierra
como si todo fuera un triste desconcierto
y no el destino que mide las fuerzas.