domingo, 25 de diciembre de 2016

CARMEN DE LA GUARDIA; “HISTORIA DE ESTADOS UNIDOS”.

Desde que en 1512 Ponce de León arriba en la península que él denominó de la Florida, la presencia de exploradores, misioneros y soldados españoles en América del Norte es constante y más o menos estable. Florida, Luisiana, Texas, Nuevo México, Arizona, Alta y Baja California, zonas fronterizas de naturaleza indómita habitadas por indios hostiles, lugares de mitos y leyendas, tierras difíciles atractivas para aventureros y predicadores de diferentes órdenes religiosas. La presencia cada vez más próxima de otros imperios coloniales, obliga al Virreinato de Nueva España a reforzar la frontera de los territorios del norte, se multiplican las fundaciones de misiones y se levantan fortalezas para albergar a las guarniciones de militares y sus familias; soldadesca mal pagada y mal abastecida que siempre constituye más un problema que una solución.

Al norte del río Potomac el rey Carlos I de Inglaterra (1625-1648) cede a Cecilius Calavert una gran extensión de tierra bautizada con el nombre de Maryland. Buscando el Jardín del Edén, en la costa de Nueva Inglaterra a bordo del Mayflower arriba un pequeño grupo de puritanos religiosos. Los pioneros, con un alto nivel de educación y capacidad, establecen un pequeño asentamiento cuya principal actividad es la agricultura; la primera cosecha de maíz la celebran juntos colonos e indígenas dando lugar a la fiesta del Día de Acción de Gracias. Disidentes de estos grupos sociales forman nuevas comunidades origen de las Trece Colonias inglesas. Más al norte, Francia impulsa la colonización del actual Canadá y mantiene un pequeño núcleo de colonos en Luisiana.
 
En el siglo XVIII las Trece Colonias inglesas se convierten en territorios prósperos: la vitalidad demográfica (se acepta la entrada de inmigrantes libres extranjeros y no sólo de Inglaterra y Gales), cultural (se fundan las tres primeras universidades de América del Norte y proliferan los periódicos), económica (la llegada masiva de esclavos africanos utilizados como mano de obra en las plantaciones) y política (moderna organización institucional); estos factores, unidos a la participación junto a Inglaterra en las guerras imperiales de las que salieron victoriosos, forjan una conciencia colectiva imprescindible para comprender el nacimiento de una joven nación: Estados Unidos. La oposición a los nuevos gravámenes impuestos por la metrópoli, sin haber sido establecidos directamente por el monarca, ni tampoco haber sido discutidos y aprobados por las asambleas coloniales, ocasionan una cadena de revueltas que se van radicalizando conforme pasan los años. La retórica revolucionaria toma una deriva claramente independentista: actos de sabotaje, guerra de guerrillas, enfrentamientos bélicos; el Congreso Continental elige al virginiano George Washington como comandante en jefe del incipiente ejército colonial y se corta todo vínculo pacífico con Gran Bretaña. A petición de los gobiernos provinciales un comité formado por las mentes más preclaras de la intelectualidad norteamericana, encabezado por Thomas Jefferson (quien preparó el borrador en solitario), redacta la Declaración de Independencia de los Estados Unidos inspirada en los ideales de la Ilustración.

La independencia impulsa la aceptación de los principios del republicanismo. Los Trece Estados (ya no colonias) son independientes unos de otros y sólo tienen un embrión de organización política común: el Segundo Congreso Continental. Se opta por un modelo político confederal, la soberanía recae en cada uno de los estados con un sistema de equilibrios y controles entre ellos, (el acuerdo sobre sus fronteras tardó tres años, pero fue muy importante para el futuro desarrollo de los Estados Unidos). Sin embargo, reunidos en la Convención de Filadelfia, la mayoría de los Padres Fundadores coinciden en la voluntad de reorganizar y, sobre todo, reforzar el poder común de los estados; el término confederado se transforma, surge la idea de federación: soberanía compartida entre el estado nacional y cada uno de los territorios. El texto constitucional crea un sistema federal que otorga amplias competencias a las instituciones nacionales en detrimento de la independencia de cada uno de los estados. La novedad más sorprendente de la magna carta es la figura en la que recae el poder ejecutivo: el presidente, su modo de elección y sus atribuciones. La Convención Constitucional de Filadelfia aprueba, sin ningún entusiasmo, la Constitución el 17 de septiembre de 1787, luego ratificada por el pueblo en convenciones locales de cada estado. Por unanimidad es elegido George Washington primer presidente de los Estados Unidos.


Washington distancia la figura del presidente del ciudadano común, da importancia y llena de contenido el cargo; durante su mandato, aprueba el Congreso la creación de una ciudad sede de las instituciones federales, el diseño de dicha urbe refleja el sistema de separación de poderes: la Casa Blanca residencia del ejecutivo, el Congreso sede del legislativo y el judicial en diferente edificio; siempre vigilantes unos de otros. Para el buen funcionamiento del ejecutivo se crean las secretarías que se encargan de temas específicos y se organiza el poder judicial. Cuando se redactó la Constitución no existían los partidos políticos, es por ello que no fueron nombrados en ella; Washington, defensor del consenso, era un arduo luchador contra la existencia de los partidos políticos, sin embargo los debates, las diferencias, los enfrentamientos fomentaron el surgimiento de las dos primeras formaciones políticas: el Partido Demócrata Republicano y el Partido Federalista. Al decidir George Washington no presentarse por tercera vez a la reelección (inaugurando la práctica recogida en la Vigésimo Segunda Enmienda: ”No se elegirá a la misma persona para el cargo de presidente más de dos veces”), por primera vez en la historia de los EE.UU, los partidos políticos (demócratas-republicanos y federalistas) designaron sus candidatos a la presidencia. El federalista Jhon Adams se convierte en el primer inquilino de la Casa Blanca en la recién estrenada capital de Washington D.C. Con la ruptura, más adelante, del Partido Demócrata-Republicano (en 1854 nace el Partido Republicano) y el ocaso del Partido Federalista el bipartidismo se consolida, la alternancia política está servida. Desde la primitiva fundación de las colonias originales el deseo de expansión territorial había estado presente; se produce el traslado masivo y forzoso de los nativos indios hacia el oeste, y a medida que las potencias europeas se van alejando del continente norteamericano, los nuevos territorios repoblados se transforman en regiones con los mismos deberes y los mismos derechos que el resto de los estados de la unión. Firmada la Paz de Guadalupe Hidalgo, México cede a EE.UU: California y Nuevo México, de donde nacen los actuales estados de Arizona, Utah, Nevada, California y Nuevo México. Por el tratado de Oregón, Estados Unidos se anexiona los dominios de Oregón, Washington, Idaho, parte de Montana y de la Columbia Británica. Esta masiva incorporación de provincias que se van transformando en estados, hace peligrar el futuro mismo de la Federación de Estados Unidos de América. Los intereses económicos entre los estados del Norte que abogan por una política federal proteccionista para salvaguardar su incipiente industria, y los estados del Sur que defienden una política de libre cambio más favorable a sus mercados; las enormes diferencias entre el Norte industrial y el Sur esclavista desembocaron en una inevitable guerra civil.

El inicio de la industrialización, la masiva llegada de inmigrantes y el crecimiento urbano producen drásticos cambios sociales, políticos y económicos. Se inicia una profunda discusión sobre los derechos civiles. La eclosión del movimiento reformista reactiva la lucha por la ampliación de los derechos civiles a mujeres, esclavos, indígenas y extranjeros. De todos los movimientos reformadores, el más importante para la historia de Estados Unidos es el antiesclavista. Los estados del Norte habían prohibido la esclavitud e introducido en las instituciones federales el debate sobre el tráfico de esclavos. Las diferencias sociales, culturales, políticas y económicas entre los estados del Norte y del Sur se agrandan, los intereses de unos y de otros muchas veces eran antagónicos. El triunfo electoral de Lincoln (candidato del Partido Republicano, opuesto a la esclavitud) es rechazada por los estados del Sur que se organizan en una nueva unidad política: los Estados Confederados de Norteamérica presididos por Jefferson Davis. Aunque el Norte goza de ventajas demográficas, económicas y políticas, la guerra se alarga y el esfuerzo bélico por ambos bandos resulta muy costoso. La Guerra de Secesión de los Estados Unidos anuncia lo que serán las grandes contiendas del siglo XX. El final de la guerra supone el hundimiento de los valores, la forma de vida y la economía de un Sur que queda absolutamente arruinado y resentido frente a la hegemonía de los industriales, financieros y políticos del Norte. El Congreso promulga las Decimocuarta y Decimoquinta Enmiendas de la Constitución de los Estados Unidos, garantizando la protección de todos los estadounidenses y reconociendo a los afroamericanos la ciudadanía civil, debiendo gozar del mismo trato que los blancos. Estas medidas son duramente contestadas; los estados del Sur legislan recortando, primero la ciudadanía política de los libertos y luego suprimiendo la ciudadanía civil; iniciando así la segregación que duraría hasta la década de 1970.

Factores como la continua expansión demográfica (inmigración procedente de Europa, Asia y América del Sur), la abundancia de recursos naturales, la innovación tecnológica, la racionalización y mejora de los procesos de producción, la organización de la industria, la gran revolución del transporte y la apertura de nuevos mercados, contribuyen al enorme crecimiento económico de EE.UU. Su condición de potencia emergente y su interés por abrirse al comercio exterior salen reforzados después de la Gran Guerra. La paz supone una vuelta a lo considerado genuinamente norteamericano; valores de los blancos conservadores, anglosajones y protestantes. Esta normalidad se altera de forma abrupta con la crisis económica de 1929, muchos estadounidenses quedan sin empleo, sin propiedad y en algunos casos en la más absoluta miseria. Para paliar los efectos perniciosos de la crisis la administración Roosevelt adopta una política intervencionista conocida como “New Deal”; sin embargo, es el esfuerzo productivo que supone la participación de los norteamericanos en la Segunda Guerra Mundial quien convierte a los Estados Unidos de Norteamérica en la gran potencia militar y económica mundial. El fin del conflicto bélico no sólo supone el despegue de los EE.UU, sino también, la Unión Soviética (a pesar de haber sufrido en su territorio la dureza de los combates) sale fortalecida. El apoyo económico (Plan Marshall), cultural y político de los Estados Unidos, comprometidos con la reconstrucción del Viejo Continente, forja grandes alianzas con los países de la Europa Occidental, en defensa de los principios de la economía de mercado frente a la economía estatal planificada que defiende el bloque soviético. La tensión entre EE.UU y la URSS origina numerosos conflictos bélicos indirectos conocidos como “Guerra Fría”.

Por primera vez en las elecciones de 1961 los debates televisivos movilizan a toda la opinión pública. La presidencia de Kennedy cambia la imagen de los Estados Unidos, presenta al exterior un país joven, dinámico, urbano y culto. La Gran Marcha sobre Washington D.C. de miles de ciudadanos pertenecientes a diferentes grupos étnicos, liderados por Martin Luther King que pronuncia uno de los discursos más emotivos de la historia de los Estados Unidos, “I Have a Dream”, manifestando sus esperanzas de libertad e igualdad. El dolor causado en el ejército y la sociedad civil por la impopular guerra del Vietnam. La dimisión de Nixon a causa del escándalo político del caso Watergate (la primera vez en la historia de Norteamérica que dimite un presidente). La fuerza del movimiento conservador impulsado por la emblemática figura de Reagan y su caída cuando estalla el caso Irangate… Hechos que van cerrando los capítulos del libro que termina con un resumido epílogo donde se condensan los acontecimientos más recientes: las presidencias de Bush padre, de Bill Clinton y de Bush hijo, las guerras de Iraq y Afganistán, las intervenciones militares, los atentados terroristas contra las torres del World Trade Center neoyorquino y el Pentágono, hasta quedarse a las puertas de la toma de posesión de Barack Obama.
 
“No existe una América negra y una América blanca, una América de latinos y una América de asiáticos, existen los Estados Unidos de América”

                                                    (Barack Obama)

martes, 20 de diciembre de 2016

POEMA: “MUJER EN EL JARDÍN”.

            Mujer en el jardín 
            que canta, que ríe, 
            que ya no llora ni clama indulgencia, 
            que se abraza a la luz. 

            Suena la voz, el color, 
            suenan los vuelos de su falda. 
            Deseos juveniles de la carne, 
            excluyendo el pasado, 
            alegre fuga en el presente. 

            Volar en una alfombra mágica 
            por encima de las fuentes y los jardines. 
            Versos de bullicio y ajetreo, 
            aroma de violines y júbilo. 

            Vivir en la dicha 
            como un fantasma loco.

lunes, 12 de diciembre de 2016

CUENTO ÍNFIMO.25

Vamos juntos. Somos un millón de vagabundos con las esperanzas vacías. La niebla difumina la miseria. “¡En fila de a uno! ¡De rodillas pasaréis a recibir la sagrada limosna!”, ordena una voz triste y cansada.

lunes, 5 de diciembre de 2016

TRIBULACIONES (XXIII)



p,a,z:

Manifestación simbólica de tres grafemas cuyos significados expresan:

P.
  • Discreción; actitud que trasciende al modo de actuar y de expresarse.
  • Orden; disposición a colocar las cosas en su sitio de acuerdo con un plan.
  • Inteligencia; capacidad de analizar el entorno y resolver problemas adaptados a las distintas situaciones.
  • Raciocinio; habilidad para comprender la realidad y sus circunstancias.

A.
  • Voluntad; libre impulso a tomar decisiones fijas y precisas para lograr un objetivo de acuerdo a un resultado esperado o deseado.
  • Empuje; acción proyectada en una dirección que se opone a una reacción igual y contraria.
  • Iniciativa; predisposición a emprender un proyecto, buscar soluciones y tomar decisiones con un riesgo asumido.
  • Fuerza; capacidad de imponerse a deseos de nocivas consecuencias.

Z.
  • Decisión; respuesta que determina el destino de una situación.
  • Tenacidad; seguir adelante o comenzar de nuevo por encima de adversidades y frustraciones.
  • Perseverancia; firmeza, dedicación en la ejecución de unos ideales.
  • Audacia; atreverse a correr riesgos guiados por un beneficio y un fin responsables.

Ideas, conceptos, aptitudes, intenciones, esperanzas…¡Hágase la paz!, y  la paz por sí sola no se hizo. Se prepara, se organiza, se lidera, se conquista, se culmina, se mantiene. (Salva contradicciones). Labor creadora fundamentada en principios éticos y morales. Sin la paz no hay progreso.

lunes, 28 de noviembre de 2016

martes, 22 de noviembre de 2016

OCTAVO ATARDECER



19,15       Sentado en la terraza del quiosco del parque deseo que no pase nadie conocido. Soy tímido y estoy solo, no quiero que ahora nadie me saque de mi presente soledad en un atardecer avanzado hacia la noche.

19,25      Unos niños juegan y trepan por el muro de mi silencio llenando el cielo de gritos. ¿Por qué los niños tienen que estar siempre gritando? Hasta las plantas del jardín se tapan los oídos.

19,30      Gritaba yo así también cuando era niño, como un mono copiando los gestos de los hombres.


lunes, 14 de noviembre de 2016

APOTEGMA (89)

La muerte no da segundas oportunidades, no hace prisioneros, cumple su deber con una ética intachable, nunca se traiciona a sí misma.

lunes, 7 de noviembre de 2016

ELISE COWEN (1933-1962)

Pronunciar su nombre, imagen asociada a muchacha poetisa (influencias de Emily Dickinson, T.S. Eliot, Ezra Pound y Dylan Thomas, a quienes recita de memoria), generación beat (mitificación de la cultura norteamericana de los años 50 y 60), cita a pie de página de Allen Ginsberg (pope gafapasta del movimiento beatnik), rebeldía contra el sometimiento familiar y las costumbres restrictivas de la sociedad dominante. Estaba allí, entre los personajes secundarios; cocineras, limpiadoras, mecanógrafas, amigas, compañeras, amantes y esposas. Figura trágica de mujer poeta.

Nacida el 31 de julio de 1933 en Washington Heights, Manhattan (Nueva York); familia judía de clase media producto del sueño americano: la casa perfecta en el barrio perfecto, el trabajo perfecto y, desean, la hija perfecta. Su padre (actor fracasado, comerciante de partituras musicales) y su madre (ama de casa), observaban el ideal de ganarse y mantener la respetabilidad entre los vecinos acomodados del entorno donde viven, Long Island. Popular entre los compañeros; a los 13 o 14 años, Elise, está horneando bizcochos de chocolate para sus amigos, cuando al abrir la puerta del horno estalla una llamarada en su cara chamuscándola el pelo y las cejas; después de este accidente, siempre arrastrará complejo de fea. Por lo demás su adolescencia es tan normal como la de cualquier otra chica. Terminado el colegio, sus padres quieren para ella una educación excepcional en una institución de prestigio y sus calificaciones no se oponen a ello, son lo suficientemente buenas para entrar en el Barnard College (colegio privado femenino de la Universidad de Columbia) y es ahí cuando cambia su vida.

Siendo estudiante del Barnard College, donde se matricula en octubre de 1951, conoce a Leo Skir (escritor y activista pro derechos de los homosexuales), y entra en contacto con otros artistas de la contracultura e intelectuales que conformarían el núcleo beat de la Costa Este. Se hace amiga de Joyce Johnson (escritora, por aquel entonces, Joyce Glassman; luego, entre enero de 1957 y octubre de 1958, pareja sentimental de Jack Kerouac, más tarde casada brevemente con el pintor abstracto James Johnson, muerto en un accidente de motocicleta y de quien heredó el apellido). Alumnas aplicadas de las clases (exclusivamente femeninas) de escritura creativa del Barnard, hacen suyo el principio de su profesor: salir de casa, correr tras sus sueños, tener experiencias y escribir sobre ellas. Elise, a quien sus amigos llaman “Elipse” o a veces “Eclipse”, cuyo segundo nombre es Nada (elección extraña, probablemente de su padre), con el que hace un juego de palabras refiriéndose a sí misma “Elise Nada de Nada Cowen”; vive el primer año en una pensión cerca del campus, luego, a la vuelta de un paréntesis debido a trastornos de su enfermedad psíquica (primer intento de suicidio, aunque ella alega que se había cortado en la bañera con unos vidrios rotos), fija su residencia en la trastienda del apartamento de una mujer rusa: lee mucho, escribe en secreto sin descanso, roba libros de la bibliotecas y librerías porque “es la única forma moral para conseguirlos” y rara vez asiste a clase. Inteligente y culta, su rendimiento académico nunca está a la altura de las expectativas de sus padres lo que origina graves conflictos intergeneracionales, convirtiéndose Elise en el foco de las iras familiares.  

Durante esa etapa de hallazgo personal experimenta con las drogas e inicia su primer vínculo turbador con los hombres. Atraída por el trabajo, el genio y la apostura vital de su profesor de filosofía, Alex Greer, durante algún tiempo mantiene una relación amorosa con él. ¡Qué duda cabe!, Elise adora a Alex ; en cambio para Alex, Elise es una más de sus diversas conquistas; la diferencia con las otras chicas es que ella sirve no sólo como amante sino también como ama de llaves, asistente, cocinera, limpiadora y niñera. Patrón repetido en la siguiente relación que entra en escena. El profesor de psicología Donald Cook le presenta en casa de Alex Greer a Allen Ginsberg. En la cita inaugural, ambos descubren que tienen un conocido mutuo, el poeta dadaísta y escritor Carl Solomon (a quien Ginsberg dedica su poema Aullido), con él habían coincidido, por separado, en diferentes ingresos en el hospital psiquiátrico del estado de Nueva York, donde Solomon permanecía internado voluntariamente; Ginsberg, arrestado por delitos menores, dio con sus huesos en dicha institución mental eludiendo la cárcel, y Elise como resultado de sus episodios maníaco depresivos. Coincidencia providencial, conexión de dos almas gemelas que se reconocen en el espíritu, en las palabras y en los cuerpos. Se cumplen todos los anhelos de adolescente, Elise se enamora al instante. A la primera noche de amor sigue una relación romántica en la primavera y el verano de 1953. Agua de cerrajas; durante este tiempo Ginsberg comienza a explorar sus deseos por los hombres, abrazar la homosexualidad, y la relación se disuelve gradualmente. Elise entra en la escena pública como la última novia del poeta, su mentor, el ejemplo a seguir en lo sagrado y en lo mundano, el hombre con quien siempre se sintió emocionalmente unida y del que nunca supo o pudo desengancharse. Como escribe Joyce Johnson: "Elise era un momento en la vida de Allen”, sin embargo, “en la vida de Elise, Allen era una eternidad”.


Rota la pareja, Allen Ginsberg comienza la relación con Peter Orlovsky (poeta y actor) quien se convierte en su compañero de toda la vida. Sin ningún ánimo de despecho, es posible que por imitación o por la influencia de Ginsberg (él homosexual, ella lesbiana y los dos bisexuales), Elise empieza a salir con una mujer de la que poco se sabe más allá de su seudónimo, Sheila. En febrero de 1956, una y otra pareja (Ginberg/Orlovsky y Elise/Sheila) terminan viviendo juntas, comparten apartamento donde son visitados por amigos comunes y miembros de su entorno. Tanto antes, como durante y después de la relación entre ambas mujeres, Elise continuó frecuentando bares de lesbianas en Nueva York. A la sombra de Ginsberg, punto de enfoque de sus emociones, sufriendo la angustia de un amor que no podía ser correspondido transformado en amistad, Elise descubre el budismo y la mística judía, una posición espiritual que filtra en sus poemas a través de su propia experiencia.

Después de graduarse en el Barnard College, encuentra un empleo como mecanógrafa en una emisora de televisión. Son tiempos de escribir en la noche, botellas de vino tinto barato y cama sin hacer con sábanas sucias. El sentimiento de frustración lleva al exceso de alcohol, bebe para sostenerse, bebe para aguantarse, bebe tanto que es despedida sin ella enterarse, es la policía quien con cajas destempladas la desaloja del puesto de trabajo (más tarde contará a su amigo Leo Skir que uno de los agentes la golpeó en el estómago y la rompió las gafas). Arrestada y detenida, cuando su padre va a recogerla a la comisaría le dice: “Si tu madre se entera de esto, la matará”; de vuelta al hogar de sus padres jura no mencionar el incidente a su madre. Es el momento en el que la brújula de su vida comienza a perder el rumbo. Elise necesita ser independiente, las mujeres de esa época viven con sus padres o novios o maridos, nunca se mueven por su cuenta, se siente vacía, triste y aislada, paranoica dirá el diagnóstico. Toma una decisión audaz: escapa a San Francisco atraída por su creciente escena poético-bohemia de ambiente beat.
  
La idea original de viajar a San Francisco partió de Joyce Johnson, que anhelaba estar más cerca de su novio Jack Kerouac, pero Elise se va sola. En la ciudad californiana vive en una pensión de mala muerte amancebada con un pintor irlandés alcohólico que conoció en un bar. Se queda embarazada, el compañero artista corre escaleras abajo con la misma velocidad que se apaga la luz de su amor (mejor una maestra católica irlandesa que una poetisa loca judía). En su estado actual, toma la decisión de abortar. De las opciones probables sólo hay una posible: como no tiene dinero para someterse a un aborto ilegal en México, intenta un aborto legal “psíquico” o “psiquiátrico”; sin embargo habían pasado varios meses, estaba en una etapa muy avanzada del embarazo y tiene que someterse a una histerectomía (extirpación del útero). Superado el aborto, arruinada, débil, malnutrida, enferma, sus amigos temen por su salud. Regresa a Nueva York y después de otra breve huida a California se instala definitivamente en Manhattan.
 
Una vez en la Gran Manzana, Allen Ginsberg la ayuda a encontrar apartamento que comparte, por breve tiempo, con la poetisa Janine Pommy Vega, con quien entabla amistad: “Ella era la persona más inteligente que he conocido”, diría de Cowen. Y en reciprocidad o por la admiración que le profesa, Elise mecanografía el poema “Kaddish” de Ginsberg, dedicado a la muerte de la madre del poeta, Naomi, una mujer cuya vida estuvo marcada por los problemas mentales; (resulta tentador establecer un paralelismo).

Los daños físicos y psicológicos cada vez más graves, hacen necesario el ingreso de Elise en el Hospital Bellevue con el propósito de recibir tratamiento para la hepatitis y la psicopatía que padece. Desatendiendo las órdenes de los médicos que recomendaban un mínimo de dos semanas de atención hospitalaria, bajo su responsabilidad, firma el alta alegando la excusa de viajar con sus padres a una cura de reposo vacacional en Miami Beach. Retornada al hogar, el 27 de febrero de 1962, abre la ventana del salón (cerrada bajo llave) y se arroja al vació desde un séptimo piso de la Avenida Bennett en Washington Heights. Según el parte de la policía forense: murió en el acto; tenía 28 años y en alguna ocasión había expresado que el suicidio era una alternativa honorable a su propia vida.

Abatidos por la frustración que les había perseguido la última década y turbados por el dolor del terrible desenlace, los padres con la ayuda inestimable de los vecinos (que igual piden la sal que evitan a unos progenitores escandalizarse con las expresiones sobre homosexualidad, consumo de drogas y locura de una hija), destruyeron la mayor parte de los diarios, poemas y escritos de Elise. Quiso la providencia poner a salvo de semejante auto de fe ochenta y tres poemas, escondidos en una caja en un sótano de Minneapolis, que su amigo Leo Skir rescató del armario de Elise cuando acudió a casa de sus padres para dar el pésame. Es el escaso testimonio de su obra que queda, nunca Elise Cowen publicó ninguno de sus trabajos en vida. Poco a poco, en gran parte debido a los esfuerzos de sus amigos, estos apuntes, fragmentos y poemas que datan de 1959/60 se fueron divulgando en diferentes revistas literarias, hasta que en Estados Unidos, Tony Trigilio editó todos sus escritos en un solo volumen bajo el título de “Elise Cowen: Poems and Fragments”.
            
“Muerte, ya llego
espérame.
Sé que estarás
                     en la estación de metro
                     cargado de botas de agua, chubasquero, paraguas, babushka
y una respuesta sencilla
                     para cada significado.
Institución incorruptible,
Atenta aguafiestas de huellas dactilares
Escucha su afirmación:
“Hay una salida entre las coles blancas”. (1)
(Elise Cowen)

"A menudo he pensado que Elise nació demasiado pronto. En un tiempo más tolerante con el comportamiento inconformista de las mujeres podría haber sobrevivido. Elise no podía ocultar lo que era. Ella nunca podía ponerse una máscara, entró y salió del mundo tal como era". Joyce Johnson.

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(1) Traducción: Annalisa Marí Pegrum. “Beat Attitude. Antología de mujeres poetas de la generación Beat”

lunes, 31 de octubre de 2016

POEMA: “AGONIZA EL VERANO”.

             Agoniza el verano,
             cerramos puertas y ventanas.
             Entre madrugadas grises
             y tardes anochecidas
             nos sorprende la lluvia.

             Desde la cristalera
             miramos como la niebla
             cubre nuestros secretos
             en el puente de Tolbiac.

lunes, 24 de octubre de 2016

CUENTO ÍNFIMO.24

Vivía en la renuncia interior, en el completo desapego, en la abnegación ascética, en la pobreza voluntaria y en la aceptación de las injurias. Mató la voluntad servil, escapó de las oscuras catacumbas de la esclavitud y blasfemó de la sociedad humana hasta quedar convertido en un género de secuoya con mil años de antigüedad.

lunes, 17 de octubre de 2016

lunes, 10 de octubre de 2016

SÉPTIMO ATARDECER



20,05      Estoy en la biblioteca leyendo bajo el foco de la lámpara del escritorio. El tubo led de bajo consumo ofrece una luz potente y clara (fría dicen las etiquetas). Gotas de sudor me caen por la frente y las mejillas. Las gafas resbalan hasta las aletas de la nariz alejándose de los ojos, con el dedo índice las devuelvo a su posición, una y otra vez. Tengo sed, mucha sed. Cierro el libro y me voy a beber un vaso de agua.

20,10      En el pasillo de la poesía me detengo a leer los lomos de los volúmenes; nombres gloriosos, nombres ilustres, nombres todos ellos conocidos y algún desconocido. ¿¡A cuántos poetas tocamos cada lector!? Hay tantos con la necesidad de decir y tan pocos con el interés de escuchar. Multitud de voces ordenadas alfabéticamente. ¿Para qué añadir una más? ¿No es mejor el callar sereno y transparente?

20,30     Recojo poemas viejos: jarchas, coplas, villancicos, romances, endecasílabos, liras, glosas, odas, sextinas, tercetos, octavas reales, sonetos, estrofas de pie quebrado, … toda la poesía que le sobra al valor cambiante de los tiempos.

20,35      Vuelvo de nuevo a continuar la lectura. Hace calor y es otoño.



lunes, 3 de octubre de 2016

APOTEGMA (88)

El sentido del deber con los derechos y libertades de las personas conlleva la obligación de oponerse a la propaganda cliché de la mediocridad aduladora.

lunes, 26 de septiembre de 2016

RAMIRO CALLE; “LA OTRA INDIA”.

Símbolo rural, la vaca presencia mística, recordatorio sagrado, ofrece su leche y sus excrementos, respetada (se trata mal a las viudas solas y a los perros callejeros, pero no a la vaca), forma parte del gran espectáculo del mundo: la madre India, tierra de grandes sabios, científicos, escritores, pensadores, músicos y místicos. Gentes resistentes y hospitalarias. Millones de pies errantes que no dejan de caminar, unas veces por carreteras sumamente transitadas, otras por polvorientos caminos o por senderos naturales que surcan valles y montañas, junglas y selvas. Sadhus, respetados a la vez que temidos, deberían ser hombres santos y piadosos, muchos simples pordioseros y falsarios; se apartan de la sociedad, no quieren aceptar sus artificiosas leyes y sus adulterados valores, prefieren consumir sus días como peregrinos, como ascetas abismados en fecunda meditación, habitando cuevas excavadas en las montañas o junto a los crematorios; paradigma los desastrados y desgreñados aghori, embadurnados el cuerpo con cenizas, utilizan cráneos humanos como escudillas o como tamboriles rituales para ceremonias, algunos de ellos, los más desequilibrados de la secta, en su afán de automortificación, llegan a ingerir restos humanos. “El sadhu es un arquetipo, y así da guerra a lo constituido, a lo establecido, a ese armazón de voracidad, rapacidad y putrescibilidad de la sociedad que se presenta como respetable y convierte la democracia en una prostitucracia por culpa de sus ególatras y desaprensivos políticos”. Espectáculo de sacrosanta espiritualidad de la más espuria mercadería religiosa; ¡hay tantos gurús falsos!, por cada yogui, gurú, sadhu verdadero hay mil falsos que buscan vorazmente clientes más que discípulos y alardean de su sabiduría y de sus lujosos ashrams. El sadhu auténtico es un marginado, no tiene pasado, no tiene edad, no tiene nombre de pila, por propia voluntad ha cortado todos sus vínculos sociales. El hinduismo es más una filosofía o una actitud de vida que una religión propiamente dicha. La India con una gran tradición de meditación se puede considerar como el gran diván psicológico del planeta.

Calles abigarradas, carnavalescas, bullicio ensordecedor, mosaico de razas, religiones y costumbres (aún hay cincuenta millones de gentes originarios de sociedades tribales). Teatro callejero, encantadores de serpientes (anualmente miles de personas fallecen por picaduras de serpientes, entre ellas la temible cobra), ancianos mendigos, niños ladronzuelos, curanderos, penitentes, faquires, eunucos danzarines, reclamos turísticos, “los mil oficios del hambre” tan antiguos como la civilización, ejercidos entre olores fecales lacerantes, aliviados por el olor a sándalo:“la higiene de los indios no es nuestra higiene, como a menudo su lógica no es nuestra lógica”. Inseparable compañera la varita de incienso, omnipresente en templos, en establecimientos públicos, en hogares; cientos de miles de personas trabajan en la fabricación de esas barritas aromáticas, a las que se atribuyen la propiedad de relajar la mente.
 En la India se comercia con todo, lo profano y lo sagrado, la materia y el espíritu, el hindú tradicionalmente es un gran comerciante, tanto como dado a las ceremonias y los festivales religiosos. No hay lugar en la India que no sea célebre por sus santos, sus sabios, sus personajes mitológicos, y ciudad que no lo sea por sus templos, santuarios y monasterios: templos hindúes, templos jainas, mezquitas, santuarios sijs, etc. Ciudades que fascinan, que provocan un gran interés en el viajero, donde se mezclan el canto evocador del muecín con el continuo repetitivo de los mantras. Urbes contradictorias, duales, santas, místicas, mercenarias, antiguas como el propio mundo; insufladas de misteriosas energías, amantes de lo inconcreto, cunas de la civilización, enclaves del poder cósmico, fascinante diversidad geográfica humana, sin urgencias, donde el sentido del tiempo rige de modo diferente, en apariencia no hay lugar para el estrés.

La prosperidad y la supervivencia agonizante se bañan en el río más sagrado de la India y posiblemente de la Tierra: el Ganges, pasión de emperadores, de maestros del espíritu, de millones de personas que a lo largo de todo su curso se meten en la corriente e incluso beben sus aguas contaminadas. En sus orillas se levantan los crematorios, piras ardiendo, cadáveres a la espera, los incineradores no cejan por un momento de llevar a cabo su tarea; a veces cuando una familia no puede pagar la leña necesaria para la completa combustión del cuerpo, algunos miembros quedan si calcinar y así son arrojados a las aguas sagradas.

La otra India, el país de los contrastes, puntero en la producción de software junto a cotas alarmantes de analfabetismo, capaz de fabricar misiles atómicos y cientos y cientos de miles de personas viven sin agua corriente obligadas a lavarse en la calle, predicar la no-violencia a la vez escenario de sangrientos enfrentamientos entre las comunidades de hindúes y musulmanes, avanzada en el estudio de las matemáticas y supersticiosa en el uso de la astrología en todo acontecimiento vital (de manera muy especial en las relaciones sentimentales). Un lugar impactante que reza el Sutra del Amor: “ojalá todos los seres sean felices, en cualquier condición que fuere, en cualquier espacio que estuvieren”.