En las macetas de barro rojo,
al tímido sol de septiembre,
brillan en el patio
las flores recién regadas.
Cada verano es diferente,
como los amores que en el
nacen, viven y mueren.
Rara vez somos más que en ese instante.
Posado en los cables de la luz
un pájaro canta
en el declinar de la mañana.