El olvido no nombra herederos
desdeña todo
excepto a su sombra.
Regresan mis fantasmas conmigo a cuestas.
Regresan, dices.
Nunca se fueron.
Fieles a sí mismos,
apartados en el rincón donde nacieron,
vuelven retadores
sacando pecho,
asisten al velatorio de sus muertos.