Mejor ignorar el triunfo del frío en la ciudad.
Mejor ignorar la mujer hermosa que pasea junto al lago.
Mejor ignorar el cementerio de cipreses abandonados.
Mejor ignorar la otra orilla de tu cielo,
tu sonrisa que adula,
tus manos que persiguen.
Guarda el poeta
el afligido laberinto del que nadie vuelve,
donde en sombras la soledad espera
florecer las rosas.
Mejor ignorar la mujer hermosa que pasea junto al lago.
Mejor ignorar el cementerio de cipreses abandonados.
Mejor ignorar la otra orilla de tu cielo,
tu sonrisa que adula,
tus manos que persiguen.
el afligido laberinto del que nadie vuelve,
donde en sombras la soledad espera
florecer las rosas.