Tal vez el paraíso,
azul mágico de la mañana,
guarde el fruto de la primavera,
lo desierto,
la calma,
el reino perdido,
las antiguas flores de la gracia,
los labios que apacigüen la sed de la desventura.
Si tuviera tus ojos centinela
las cuatro estaciones
en el paraíso correr vería
huerto donde siembra
la muerte mi elegía.