La esencia y el
objetivo:
La esencia del poder (mandar)
se afirma en debilitar (someter) a todas las voluntades para imponer la suya.
Algunas sociedades
democráticas, desarrolladas y prosperas, alimentan en su seno organizaciones
políticas y sociales con creencias, maneras de pensar y códigos de conducta que
ahogan la libertad, la justicia social, la igualdad de derechos y la
solidaridad. Cualquier intento de progreso, de desafío a los modelos aceptados
o de oponerse a la ley de la inercia, es frenado y prácticamente vampirizado
por la atmósfera represora de esas fuerzas innobles, egoístas, constreñidas a
sus intereses morales y materiales.
El objetivo de los
políticos es transformar al ciudadano en partidario, elevar su autoridad por
encima del respeto a la dignidad del individuo.