El símbolo del dólar
tatuado en el pecho del dragón
salvoconducto al mundo negado
inexistente en el norte de la frontera,
allá la ley se aprueba en los burdeles.
Calles sin futuro
gente que se pudre viva.
Mirada predadora
plasmada en una luz disidente.
Las apariencias de la nada dominante
ocultan escombros
desnudando la miseria descarnada.
¡Resistir!
Ya nadie persigue el infinito.
¡Resistir!
No podemos enfrentarnos a la salvación.