Ciudad Terrenal:
Todo hombre tiene un pasado, eso lo sabe también el agua que purifica, el aceite que consagra, el fuego que ilumina, la mano que bendice y la paloma que con una rama de olivo en el pico vuela por encima de las cúpulas del boato y la ceremonia.
El pecado enturbia la conciencia. Se peca de pensamiento, palabra, obra u omisión. Abstraerse de la solidaridad humana, desamparar el dolor moral y físico y no condenar estructuras contrarias al estado de derecho, son pecado. El arrepentimiento, la penitencia, la reconciliación y la sincera responsabilidad de servicio asean la culpa.
Intuyendo que iban a venir para llevársele y proclamarle rey, se volvió él solo al desierto de los bienaventurados, allí donde ni siquiera tenía una piedra sobre la que reclinar su cabeza. Quien desea vivir en la humildad y la pobreza se despoja de todo, dijo.
Todo hombre tiene un pasado, eso lo sabe también el agua que purifica, el aceite que consagra, el fuego que ilumina, la mano que bendice y la paloma que con una rama de olivo en el pico vuela por encima de las cúpulas del boato y la ceremonia.
El pecado enturbia la conciencia. Se peca de pensamiento, palabra, obra u omisión. Abstraerse de la solidaridad humana, desamparar el dolor moral y físico y no condenar estructuras contrarias al estado de derecho, son pecado. El arrepentimiento, la penitencia, la reconciliación y la sincera responsabilidad de servicio asean la culpa.
Intuyendo que iban a venir para llevársele y proclamarle rey, se volvió él solo al desierto de los bienaventurados, allí donde ni siquiera tenía una piedra sobre la que reclinar su cabeza. Quien desea vivir en la humildad y la pobreza se despoja de todo, dijo.