Que el autor es o fue lector de Carlitos y Snoopy se nota su influencia en los personajes (Fergus y Mel) y en la línea argumental de estas tiras humorísticas publicadas, con éxito de público, en más de un centenar de periódicos de los USA.
Los animales cuando se humanizan adquieren principalmente todos los vicios y defectos de los seres humanos; prefieren jugar al ajedrez a traer la pelota o el frisbee; eligen sus propios collares; nunca la duración del paseo les parece suficiente; se quejan constantemente de la calidad y la cantidad de la comida que reciben; entierran sus huesos, con mala baba, arruinando las mejores flores del jardín; persiguen al cartero con el fin de robarle la correspondencia de los vecinos y poder cotillear sus intimidades; martirizan, fieles a sus instintos, a los gatos del barrio; piden en francés el menú en los restaurantes de lujo; expresan sus preocupaciones ecologistas denunciando el deterioro de los ecosistemas terrestres; sufren de sobredosis de ego, son caprichosos hasta le exasperación como niños mal criados; consideran a sus amos (blanco de bromas pesadas) tontos de capirote de los que hay que aprovecharse sin escrúpulos. Impertinentes, exigentes, intolerantes y egoístas, reflexionan sobre si hay vida perruna en otros planetas y además quieren ser irónicos, mordaces, graciosos y divertidos, si lo consiguen o no eso queda a gusto de cada cual.
A un servidor nunca le gustaron los perros listillos y sabihondos que se muestran como los seres humanos listillos y sabihondos, será por eso o porque (a diferencia del autor) comparto mi espacio con un ciudadano can, que a muchas de estas tiras no las he encontrado su chispa.